Escribir me sirve para pensar. Cuando empiezo a desarrollar una idea, esta se reproduce, se conecta y se transforma. Es un ejercicio de generar ideas, también de decorarlas.
Escribir es jugar con ideas. Es tomar esas piezas de lego, generar nuevas y poner unas sobre otras. Al final algo queda.
Lo bonito es que las ideas son infinitas.