Toda la vida nos han estado diciendo qué hacer,
cómo comportarnos,
qué leer,
qué buscar.
Desde ahora tengo permiso de establecer mis propios principios,
yo decido qué está bien,
y qué no.
Yo soy quien da forma a este mundo.
Yo decido qué es verdad y qué no,
siempre y cuando no haga daño a nadie.
No estoy bien porque lo dice un letrero,
un examen,
un policia,
un código penal,
un Juez,
o la profesora.
Esos son mecanismos de control.
Yo decido qué está bien y qué está mal.
Decido también que tanto quiero molestar a la autoridad.
Tal vez lo más importante para entender es que todo se puede reescribir.
La vida se trata de editar.
Curar.